EL TREN QUE NUNCA LLEGÓ
Queremos
centrar esta entrada del blog en un hecho bastante desconocido. Nos referimos
al proyecto de línea férrea que, a finales del siglo XIX, habría debido pasar
por Valdetorres. Algo que de haberse llevado a cabo habría cambiado
probablemente la fisonomía de toda la comarca.
Los comienzos del ferrocarril en España.
Los comienzos del ferrocarril en España.
Para entender
en su justa medida el desarrollo de los acontecimientos tenemos que detenernos
brevemente en los inicios del desarrollo del ferrocarril en nuestro país.
Como es
sabido, la primera línea férrea que entró en servicio en España, el 28 de
octubre de 1848, fue la que unía Barcelona con Mataró, un trayecto de 48 kilómetros. Sin
embargo, en paralelo a este proyecto que consiguió llevarse a término con
éxito, existieron otras líneas ferroviarias que se intentaron poner en marcha y
que terminaron en fracaso. Es el caso de la que se pretendió hacer entre Jerez
de la Frontera
y un muelle del río Guadalete, para dar salida a los vinos de la localidad.
Este proyecto no pudo llevarse a término ya que no se consiguieron los
accionistas necesarios.
Esta
situación, en la que el Estado se encargaba sobre todo de dar las concesiones
para construir las líneas férreas que luego no podían finalizarse; ya sea por
falta de accionistas o por la mala gestión de los concesionarios no debieron
ser algo inusual, si tenemos en cuenta el Real Decreto promulgado en San
Ildefonso en 7 de agosto de 1853.
De este
documento disponemos de una copia en el archivo municipal (Caja 1 – Exp.32). Él mismo va precedido de una exposición de los
motivos que llevan a promulgar este decreto. La reflexión sobre los mismos es
de Agustín Esteban Collantes, Ministro de Fomento, y la dirige a la reina
Isabel II. Debido a lo que se indica en esta exposición podemos aventurar que
la gestión del tendido de líneas de ferrocarril era un tema bastante
controvertido en la época:
“encontró la opinión pública en un estado de
exacerbación que, naciendo quizá de otras causas, y fomentado acaso por otro
linaje de intereses, se reflejaba y aún parecía acumularse casi entero en la
debatida cuestión de ferrocarriles”
Con este
comienzo podemos pensar que se habían cometido ciertas irregularidades en la
concesión del desarrollo de las distintas líneas de ferrocarril. Si tenemos en
cuenta que para llevar a término el tendido de los caminos de hierro se pedía
en muchas ocasiones el concurso monetario de los pueblos por los que se
proyectaba que iba a pasar, el descontento era evidente y en este documento se
pone de manifiesto que la gestión no había sido todo lo limpia que se deseaba:
“ después de un examen concienzudo y prolijo
de los expedientes, que desgraciadamente casi todas las concesiones de
ferrocarriles adolecían de omisiones, irregularidades y faltas”
Este decreto
al que nos referimos, pretende precisamente, convertir el proceso de
concesiones de ferrocarril en algo mucho mas controlado por parte del
Ministerio y que no diera lugar por tanto a especulaciones, ni sociedades que
se constituían con el objeto de lucrarse con estas adjudicaciones.
Sin embargo,
como vamos a ver con el caso de Valdetorres, esto no fue así ni mucho menos.
El proyecto de vía férrea en Valdetorres.
En los años a
los que se remite la documentación que hace referencia al proyecto de
ferrocarril que había de pasar por nuestro pueblo, ya se encontraban en
funcionamiento las vías principales, que unían las principales capitales. Pero
aún quedaba un importante campo por explorar en todo lo que se refería a la
construcción de las vías secundarias.
Es en este
contexto, en los años 80 del siglo XIX cuando empiezan a llegar a nuestro
pueblo, las noticias de que existe un proyecto para construir una línea férrea que
pasaría por Valdetorres.
El trazado
concreto de la misma, va cambiando con los años y con los distintos
concesionarios que se van presentando en el pueblo para defender este proyecto
y pedir en la localidad la correspondiente aportación monetaria.
En 1880 se
habla de una línea férrea que uniría Madrid con Aranda de Duero. En 1884 lo que
se pretende es construir una línea entre Madrid y Torrelaguna, pero con
intenciones de prolongarse hacia Buitrago, y , como aparece en el membrete de
la empresa concesionaria “vía directa al norte”. En 1888 se continúa con este
proyecto, pero dejando claro ya que
llegaría hasta Buitrago. Por fin, en 1897 la vía que iba a pasar por
Valdetorres era la que uniría Madrid con Santoña pasando por Burgos.
Tren de principios del siglo XX
Podemos
imaginarnos que en esta época, la llegada al pueblo de los representantes de
estas empresas concesionarias, con la promesa de la construcción del
ferrocarril, que en estos tiempos era el culmen del progreso, generaría una
gran expectación entre los mandatarios municipales, que verían en el mismo la
oportunidad de iniciar una etapa de prosperidad para el pueblo. Las caras visibles
de estas empresas que tenían que conseguir convencer a los Ayuntamientos de la
viabilidad y beneficios del proyecto, eran por norma general, personas muy
respetables y con una trayectoria intachable. En 1880 el promotor del proyecto
es D. Ramón Larroca y Pascual (posteriormente alcanzaría el cargo de Gobernador
Civil de Barcelona de 1897 a
1899), este mismo personaje, sigue apareciendo como miembro en la sociedad que
continúa con el proyecto en 1880. En este año se une también al mismo el Coronel
de Ingenieros Antonio Luceño, que confiere credibilidad técnica al proyecto.
En el acta de
la reunión para constituir la sociedad de la empresa del ferrocarril de Madrid
a Torrelaguna, celebrada en sus oficinas de la calle Alcalá número 17, el 11 de
junio de 1884, ( Caja116 – exp 25)
tenemos un buen ejemplo de cómo se organizaban estas sociedades.
Los
promotores de la misma convocaban a todas las personas que pensaban que podían
realizar una aportación económica a la sociedad, de ahí que encontremos varios
marqueses y duques. Se incluyen también representantes de los propietarios de
los pueblos por los que pasaría el ferrocarril. En concreto a la reunión
recogida en este acta estaban convocadas 52 personas, entre las que nos
encontramos el nombre de León González, que alrededor de estos años aparece
vinculado a Valdetorres como propietario del que había sido Palacio de la
familia Garnica.
Los planes de
esta sociedad son construir la vía férrea entre Madrid y Torrelaguna en menos de
un año. Siguiendo esta línea optimista nos encontramos aquí con el infalible
argumento de la prosperidad para conseguir que tanto los accionistas como los
pueblos se implicaran en el proyecto:
“para trabajar decididamente con los pueblos
propietarios e industriales mas directamente interesados en el disfrute de este
grandioso elemento de riqueza y prosperidad”
En 1888 el
ingeniero Antonio Luceño se dirige de esta forma a los responsables municipales
de Valdetorres:
“hace muchos años que, como sabéis, vengo
acariciando la idea de construir este ferrocarril que ha de dar vida a la
comarca, tan abandonada hoy de medios de comunicación rápidos y económicos,
como rica en su suelo y por su agricultura y por sus productos de minerales y
materiales de construcción, la cual, si sigue en el referido abandono, llegará
a despoblarse como ha empezado a suceder en algunos pueblos de la misma”
El
ferrocarril es por tanto la salida de esta comarca hacia la modernidad y el
progreso. Además en el Acta de la sociedad de 1884 se pone de manifiesto que
habrá localidades que al contar con una estación se verán aún mas beneficiadas:
“Torrelaguna y pueblos mas próximos que han
de servirse de su estación de primer orden, con almacenes, depósitos y
talleres, haciendo propaganda entre los pueblos mas limítrofes de la sierra que
trafican en sus mercados semanales, para que convencieran también a que se
realice este proyecto y se pueda ampliar enseguida la línea férrea hasta
Buitrago”
Vamos, que
eso de bajar con los burros y mulas a vender al mercado se iba a acabar.
Lo que nos
falta por saber es que tenían que aportar los pueblos por los que iba a pasar
esta línea de ferrocarril para conseguir todos esos beneficios que se les
plantean. De nuevo tanto el acta de la reunión de 1884 como la reseña del
ingeniero Luceño lo dejan bastante claro:
“la experiencia me ha enseñado que si se
tiene una base, con ella puede apelarse al crédito, y nada mejor para obtenerla
que el aplicar el 80% de bienes de propios a formar dicha base”
Es decir, el
80 % de las propiedades del Ayuntamiento (tierras, edificios etc) tenían que
servir para avalar las cantidades que se necesitarían para la construcción de
la vía férrea.
Disponemos en
el archivo histórico municipal del borrador que recogería el acuerdo del
Ayuntamiento con esta aportación (Caja
129-exp.1), sin bien no sabemos si llegó a aprobarse de manera oficial:
“acuerdan ceder por vía de auxilio al Señor
Luceño el 80% en láminas de bienes de propios que pertenecen hoy a este pueblo”
Además de establecer
esta aportación se indica también como se devolverá la misma a los municipios (Caja 116-exp.25)
“los pueblos y propietarios que por actas y
compromisos ceden terrenos, materiales de construcción y servicios de
prestación personal, a cobrar con cédulas con renta y libre circulación, cuando
la vía se abra a la explotación”
Es decir,
sería la propia explotación de la vía férrea de donde tendría que salir el
importe que haría a los ayuntamientos recuperar su inversión.
Hay que
añadir, a la aportación de los bienes de propios, la cesión de los terrenos
necesarios por los que tenía que pasar la vía, a lo que también se compromete
el Ayuntamiento en 1884 (Caja 88- exp.
65):
“en nombre del pueblo que representan se
comprometen a poner a su disposición los términos que la empresa concesionaria
necesite en este término municipal”
Esto nos
lleva a avanzar en el tiempo hasta 1897 donde nos encontramos ya con la
relación de fincas que deberían ser expropiadas en Valdetorres para la
construcción en esta ocasión del ferrocarril de Madrid a Santoña (como hemos
visto antes, los proyectos e itinerarios fueron cambiando con el tiempo)
Relación de tierras a expropiar en Valdetorres
En concreto
nuestro pueblo estaba incluido dentro de la primera sección (de Madrid a
Buitrago) y concretamente su término municipal comprendía de los kilómetros 29,416 a 34,166 del dicho
ferrocarril. (Caja 126 – Exp. 27)
En esta
relación aparecen 83 fincas que deberían expropiarse junto con la
indicación del correspondiente precio
que debía satisfacerse al dueño. En este expediente se conservan incluso
algunos de los documentos de expropiación individuales que debían entregarse a
cada uno de los propietarios.
¿Por qué el tren nunca llegó?
Con la visión
que nos dan los años, tenemos claro que evidentemente este proyecto no se llevó
a término, por lo que tampoco se llevarían a cabo estas expropiaciones de
tierras.
El motivo por
el que no se finalizó este proyecto quizás tengamos que buscarlo en toda la
especulación que rodeaba a la concesión de vías férreas en esta época; a la
existencia de numerosas sociedades, muchas con capital extranjero, por las que
iban pasando de mano en mano estos proyectos y quizás también al concurso de
diversos empresarios-aventureros que veían el ferrocarril como un buen negocio
y un terreno abonado para la especulación. Sin ir mas lejos, el inversor
británico Richard Preece Williams estaría detrás de la sociedad que en 1910
seguía promoviendo el proyecto de ferrocarril por nuestra zona.
Sobre este personaje y también de forma somera sobre
el trazado de ferrocarril a Torrelaguna y más extensamente de las concesiones
ferroviarias en el siglo XIX , habla Francisco de los Cobos Arteaga en su
artículo Aventureros ferroviarios. Notas sobre la financiación de la red
secundaria de los ferrocarriles españoles: El caso de Richard Preece Williams.
Dejamos ahí la reseña para quien quiera ampliar
información sobre este tema.
Enhorabuena por vuestro trabajo
ResponderEliminarSolo puedo mostrar mi agradecimiento más profundo por este artículo. Tras 35 años viviendo junto a las vías del tren en Alcalá y siendo una de mis aficiones el mundo del ferrocarril. Los avatares sentimentales de la vida me trajeron a Valdetorres hace siete años y si algo he echado de menos en este pueblo ha sido que no hubiera tren en él.
ResponderEliminarEste artículo es un regalo que satisface esa nostalgia y da un toque de "lo que pudo haber sido y no fue". Cierto toque de casualidad ha hecho que hace dos días visitara con mi mujer el Museo del Ferrocarril en Madrid y en su librería comprara un libro titulado "El ferrocarril en Madrid" escrito por Juan Pedro Esteve García y Antonio Bravo Fernández, Ediciones La Librería. Madrid. 2006. En las páginas 46-47 se hace referencia al "Fiasco del Ferrocarril de Torrelaguna" con una referencia curiosa en el sentido de que se habla de que el trazado se llegó a construir al menos en ese término y hay restos del mismo. En la página 185 del libro hay un plano donde se señalan donde están esos restos.
Posiblemente una información más fiable la disponga un vecino de Torrelaguna de nombre José Pérez Muñoz, quien en el año 2013 publicó un libro titulado "Proyectos de ferrocarril, Fuente de la Hontecilla, abastecimiento de agua al convento franscicano y otras obras en Torrelaguna". De este libro se publicaron pocos ejemplares, hoy mismo he podido hablar por teléfono con el propio autor y nos hemos emplazado a vernos en breve para que me pueda facilitar lo que escribió sobre el ferrocarril en Torrelaguna y darme información de donde están esos restos de aquellas obras de aquello que no se llevó a término.
!Ah! Una curiosidad. Del artículo me ha llamado especialmente la atención los siguientes párrafos:
"En concreto nuestro pueblo estaba incluido dentro de la primera sección (de Madrid a Buitrago) y concretamente su término municipal comprendía de los kilómetros 29,416 a 34,166 del dicho ferrocarril. (Caja 126 – Exp. 27)
En esta relación aparecen 83 fincas que deberían expropiarse junto con la indicación del correspondiente precio que debía satisfacerse al dueño. En este expediente se conservan incluso algunos de los documentos de expropiación individuales que debían entregarse a cada uno de los propietarios."
La curiosidad es si se podría saber e incluso llegar a hacer un mapa de por donde hubiese discurrido ese trazado caso de haberse construido. Supongo que por la descripción de las fincas se podría saber.
Si bien este comentario lo público como "Anónimo" de eso nada. Estoy a vuestra disposición, soy Chema, el marido de Margarita, la propietaria de la tienda de piensos de la calle Iglesia.
Enhorabuena por vuestra labor.
Antes de nada, muchas gracias por visitar nuestro blog y aportar tus comentarios. Nuestra intención, precisamente, era fomentar la participación y que cada uno pudiera aportar sus ideas, impresiones y conocimientos sobre la historia de Valdetorres; para poder completar la visión que tenemos en base a los documentos del archivo.
ResponderEliminarEs muy interesante lo que nos comentas sobre los proyectos de ferrocarril en la zona y las publicaciones que lo recogen. La verdad es que es un tema bastante desconocido y un proyecto que de haberse llevado a cabo, habría cambiado mucho la fisonomía de estos pueblos.
Sobre la localización de las fincas expropiadas, sería cuestión de estudiarlo en detalle. El problema es que en los documentos de expropiación sólo aparece el nombre del propietario y la extensión y también que corresponden a momentos anteriores a la concentración parcelaria, que cambiaron toda la división parcelaria del término municipal.
Esperamos que nos vayas contando novedades sobre lo que podais encontrar en Torrelaguna.
Gracias de nuevo por tu comentario.