VALDETORRES EN LAS RELACIONES DEL CARDENAL LORENZANA
Queremos centrar esta entrada en la
información que sobre Valdetorres se recoge en las denominadas relaciones de
Lorenzana. Antes de entrar en materia sobre los datos que nos proporciona este
documento es obligado hacer una pequeña introducción sobre este informe
elaborado a finales del siglo XVIII. Evidentemente como lo interesante es lo
que podemos llegar a conocer sobre nuestro pueblo, seremos muy breves en esta
pequeña explicación sobre el contexto de las relaciones de Lorenzana.
Se trata de un cuestionario de catorce
preguntas elaborado a iniciativa del geógrafo Tomás López en el año 1782. Para
contribuir a la difusión del mismo se puso en contacto con Francisco Antonio
Lorenzana, que en esos tiempos era Arzobispo de Toledo. De esta forma, y a
través de vicarios y párrocos, el cuestionario llegó a muchas de las
localidades que dependían del arzobispado toledano.
Fiel reflejo de la época en la que se
elabora, en las relaciones tienen gran importancia las cuestiones centradas en
el desarrollo de la agricultura, las enfermedades frecuentes en la localidad,
las industrias de que disponían … , muy en línea por tanto con las
preocupaciones de la Ilustración centradas en muchas ocasiones en el progreso,
el desarrollo de la agricultura y el comercio y la mejora de las condiciones de
vida de la población.
De ahí el punto de vista crítico que puede
apreciarse en algunas de las repuestas al cuestionario de Valdetorres sobre
determinadas situaciones que el párroco apreciaba en la localidad.
Si bien son mucho más breves, las relaciones
de Lorenzana se enmarcan en el mismo espíritu de conocimiento con el objetivo
de mejorar que también había animado la elaboración del anterior catastro de
Ensenada en 1749.
A título de curiosidad, podemos relacionar la
compra de un reloj para la torre en 1796 con este clima de progreso en el que
se perciben como necesarias algunas mejoras que proporcionaba el avance de la
técnica (podéis consultar la entrada al respecto aquí: http://ahvj.blogspot.com.es/2015/08/valdetorres-da-la-hora.html)
Sobre todo, y pese a su brevedad, las
relaciones de Lorenzana nos proporcionan unos cuantos datos bastante curiosos y
en algunos casos sorprendentes sobre la situación de Valdetorres a finales del
siglo XVIII.
Primera página del cuestionario de Lorenzana.
Lo primero que se nos informa es que la localidad
cuenta con 140 vecinos. El término vecino hace referencia a unidad familiar,
por lo que podemos estimar que cada vecino corresponde a unas 4-5 personas, por
lo que la población de Valdetorres en 1782 sería de unos 560-700 habitantes. Se
concreta también que la villa es de señorío del Duque de Granada. Sobre la
importancia de la familia Garnica y posteriormente de la casa de Granada de Ega
en nuestra localidad ya hemos tratado de forma algo dispersa en entradas
anteriores por lo que no vamos a entrar en más detalles. Solamente reseñar que
el grado de jurisdicción real que tenía el Duque de Granada sobre Valdetorres
no era demasiado importante y dista mucho de la típica imagen del señor feudal.
A continuación se centra en los edificios
religiosos de la localidad, haciendo mención en primer lugar a la Iglesia de la
que se nos dice que no tuvo cura propio
Hasta el año de
1779 en que el excelentísimo señor Don Francisco Antonio Lorenzana la erigió en
curato propio
Hasta esa fecha compartía párroco con la
vecina localidad de Fuente el Saz.
Junto a la iglesia se mencionan también las
dos ermitas con las que cuenta Valdetorres. Sobre este tema tenéis también
información en este blog en varias entradas publicadas por Alicia Valdeavero,
por lo que no nos extenderemos demasiado sobre este tema.
En estas relaciones de Lorenzana, con
respecto a las ermitas, apreciamos un cambio en relación al anterior
cuestionario de Felipe II (1580) donde se referencian las ermitas de San
Sebastián y Nuestra Señora del Campo. En el caso de las relaciones que nos
ocupan se nos habla de la ermita de la Soledad y de nuevo Nuestra Señora del
Campo. Probablemente la ermita de San Sebastián había desparecido ya en esta
época. En cuanto a la ermita de la Soledad se levantaba en lo aledaños de la
casa principal de Silillos.
Sobre la ermita de la Virgen del Campo
tenemos en estas relaciones de Lorenzana una curiosa mención respecto a su
situación:
Distante un cuarto
de legua de la población al otro lado del río Jarama
La distancia de un cuarto de legua (1,5 Km. aproximadamente)
hemos podido confirmarla en otros documentos del archivo histórico municipal,
pero lo curioso es que se diga que se encuentra al otro lado del río. Desde el
año 1564, en que se fijan lo límites de Valdetorres, la separación con El Molar
la marca el río Jarama por lo que de estar la ermita al otro lado del río
correspondería a la localidad vecina. Por otro lado, en algunos documentos del
archivo histórico municipal se dice que la ermita se encuentra en el descansadero
de los Rasos, paraje que también se encuentra en la orilla del río
correspondiente a Valdetorres. En todo caso, seguimos sin conocer la
localización exacta de la ermita de la Virgen del Campo, por lo que tenemos que
añadir esta información que nos facilitan las relaciones de Lorenzana a las que
ya hemos ido conociendo.
Sobre esta ermita también se menciona que en
ella presta juramento el procurador del común de las once villas. Como ya hemos
comentado en este blog y en distintas
publicaciones, el común de las once villas surge probablemente a partir
de la repoblación de estas tierras tras la conquista de Toledo en 1085 y
agrupaba a las once localidades que formaban el Común de Villa y Tierra de
Talamanca. En 1782, ya no tenía la misma importancia de antaño, puesto que a
partir de finales del siglo XVI prácticamente todas las poblaciones de las que
Talamanca hacía cabeza habían alcanzando título de villa. Sin embargo se sigue
manteniendo el Común ya que era necesario en ocasiones para manejar la gestión
de ciertos pastos y baldíos que seguían siendo comunales, aunque en esta época
tanto sus funciones como las del procurador serían prácticamente simbólicas.
Planos ermita Virgen del Campo
Aunque se trate de una entidad independiente
también se facilita información sobre Silillos, en este caso no nos aporta
demasiada información nueva, ya que afortunadamente en el archivo histórico
municipal existen numerosas referencias a la finca. Lo que es cierto es que la
descripción que se nos hace es bastante completa y nos ayuda a hacernos una
idea de cómo sería Silillos en su momento. Una explotación que no se limitaba
al monocultivo si no que disponía de molinos (con diversos usos a lo largo del
tiempo), viñas, olivos, huerta etc. A pesar de que resulta un poco larga,
dejamos aquí el texto:
A media legua de
esta villa y dentro de su término entre Poniente y Medio día, hay un sitio llamado
Silillos, propio del Excelentísimo Señor Duque de Granada, y anteriormente lo
fue de la Dignidad Arzobispal de Toledo ignorándose el motivo de su enajenación
de la mitra. Este sitio se hizo villa eximida en el año de 1574, hay en el un
alcalde mayor con jurisdicción solo para su término, que por lo común lo es el
administrador, que pone dicho excelentísimo señor, ocupa este sitio una legua
en circunferencia, la mayor parte es de tierras labrantías, lo demás de viñas y
olivas. Tiene una alameda de álamos negros, blancos y algunos fresnos. También
hay en el una hermosa huerta de treinta y cuatro fanegas de tierra poblada de
árboles frutales, la cual se puede regar a poca costa con las aguas del río
Jarama por medio de la presa del molino, que está contiguo y en este caso era
capaz de surtir de verduras a todos los pueblos de la circunferencia. En este
sitio hay una casa palacio, una ermita dedicada a Nuestra Señora bajo el título
de la Soledad y el citado molino harinero, todo bastante deteriorado.
Tenemos aquí lo que podría ser la imagen de
una explotación agrícola modélica y que a pesar de encontrarse en malas
condiciones ya en esta época, siguió dando empleo a muchos vecinos de
Valdetorres hasta hace no muchos años.
A continuación, después de indicarnos las
localidades limítrofes de Valdetorres, aparece el río Jarama; con mención a
puentes y barcas por las que se podía cruzar, en especial el de Talamanca, que
ya en esta época se encontraba sin uso al haber variado el curso del río. En
cuanto a las barcas por las que se cruzaba el río, tenemos referencias en
algunos documentos posteriores a que Silillos contaba con una.
En relación con el Jarama también se nos
habla de El Soto y de la Vega del mismo:
Goza este pueblo
entre norte y poniente a media legua corta de ella un famoso Soto de media
legua de circunferencia, poblado de álamos negros y fresnos al que bañan las
aguas del río Jarama.
A poniente de esta
villa, cerca de dicho río hay un sitio de cuatrocientas fanegas de tierra de
excelente calidad que llaman la Vega, en la que antiguamente se cogía gran
porción de cáñamo, lino, verduras y frutas, pero en el día, no haciendo caso
estos naturales de tan útil cosecha sólo procuran sembrarlo de cebada.
En la documentación del siglo XVI y XVII
tanto el Soto como la Vega tienen una gran importancia en la economía de
Valdetorres ya que se aprovecha la madera de los álamos y fresnos y el regadío
que permitía el caz de los molinos que recorría el Jarama hacía que fueran
numerosas las huertas y cañamares. La prosperidad que debía tener la villa
quizás hasta mediados del siglo XVII, en la que son constantes las menciones a
malas cosechas y las peticiones para aplazar el pago de los numerosos
impuestos, puede darse por finalizada en este año de 1782, a tenor del panorama
que nos presentan estas relaciones de Lorenzana.
Esto se ve confirmado con la información que
se nos ofrece sobre los cultivos principales de la localidad:
El término de esta
villa es de mediana calidad para granos y de excelente para plantíos de olivos
y viñas; pero estos naturales por su mucha desidia olvidados de las sabias
resoluciones de nuestro Católico monarca, no solo no se dedican a este
establecimiento, si no que cuatro mil pies de olivos que se plantaron en el año
de mil setecientos setenta y uno, los cuales por lo general habían ya de
producir suficiente aceite para el consumo del pueblo, los han arruinado casi
enteramente con sus ganados vacunos y mulares, que por dejarlos entrar en las
viñas y olivares han roído sus tallos, no dejándolos crecer y muchas veces es
esto causa de secarse hasta venir a quedar solo la cepa
La producción agrícola por estas fechas es la
siguiente:
5000 fanegas de trigo
5000 fanegas de cebada
800 fanegas de centeno
800 fanegas de avena
1000 fanegas plantadas de viña.
Sobre estas últimas se nos dice que el vino
se vendía en Madrid, en parte debido a que no existían en la localidad bodegas
en las que pudiera conservarse.
De nuevo se achaca aquí la mala situación de
la agricultura a la desidia de los vecinos. Es difícil juzgar hasta que punto
esto fue así y fueron los propios habitantes de Valdetorres los culpables de
esta decadencia de la localidad. En todo caso pensamos que es necesario añadir
a la ecuación la situación generalizada en España a partir del siglo XVII con
un importante peso de los impuestos que muchas veces gravaban hasta puntos
insostenibles a las villas.
Olivos en la actualidad.
Continuando con otros factores que hacían que
el pueblo no prosperara se menciona también el arroyo Valtorón del que se dice
que divide el pueblo en dos barrios y que solo lleva agua en los inviernos,
siendo su principal problema que una vez que salía del pueblo el arroyo no
tenía madre y se extendían sus aguas
en una planicie de
tierras labrantías de la mejor calidad de este término las cuales se hayan
incultas porque cualquier grano que en ellas se eche se pierde a la menor
avenida.
A esta situación se ofrece la solución de
encauzar el arroyo utilizando la madera de los árboles de El Soto, si además de
esto los vecinos se hicieran cargo de que los ganados no entraran en las viñas
y plantíos de olivos
Este pueblo sería
uno de los más fértiles y felices del reino
Otro de los problemas que ocasionaba el arroyo
era el causar diversas enfermedades debido a su paso por la localidad. En la
difusión de estos males contribuía también el uso por los habitantes de carnes mortecinas. Las enfermedades que
nos citan las relaciones de Lorenzana son tabardillos, dolores pleuréticos,
carbuncos y tercianas.
Según el diccionario de la RAE:
Tabardillos o Tifus: Género
de enfermedades infecciosas, graves, con alta fiebre, delirio o postración,
aparición de costras negras en la boca y a veces presencia de manchas punteadas
en la piel.
Dolor pleurético: Dolor
torácico
Carbuncos: Enfermedad
contagiosa grave ocasionada por una bacteria que proviene de los animales
enfermos o muertos.
Tercianas: Paludismo, producido por una
determinada especie de mosquito que se desarrolla en aguas estancadas. Según el
diccionario de Covarrubias "la calentura que responde a tercero día
Debido a todos estos factores que nos exponen
las relaciones, la mortalidad era considerable ya que se fija en unos 14-18
adultos y 26 recién nacidos al año; cifra que para una población de unos 700
habitantes no era desdeñable.
Hasta aquí el panorama que nos ofrecen las
relaciones de Lorenzana sobre Valdetorres. Al igual que sucede con las
anteriores de Felipe II, la documentación del archivo histórico municipal permite
completar y matizar muchos de los datos que se nos ofrecen en este
cuestionario.
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